En efecto, las computadoras (pequeñas y medianas) se fabrican por "capas" o niveles, que parten del uso de circuitos electrónicos y microprocesadores ya existentes y continúan después con la elaboración de lo conocido como la arquitectura funcional de la maquina, lo cual se traduce en la fabricación de tarjetas de circuito impreso en donde se montan los círculos de alta integración. Esto se configura luego en sistemas terminados, dotados de un chasis, una fuente de poder y los periféricos requeridos. Es decir, existe una muy poderosa y muy centralizada industria de circuitos y microprocesadores de integración a alta escala, que provee sus "materias primas" al mercado de diseñadores de arquitecturas y tarjetas, que a su vez ofrece esos diseños de segundo nivel a los integradores finales del producto. Quienes, en esta tercera capa, lo terminan y le dan presentación y marca, junto con tal vez alguna característica propia.
Todo esto implica que ya no tiene que ser una corporación gigante para ensamblar microcomputadoras, sino que pueden lograr una menor dedicación de recursos financieros y de investigación. Para muestra basta con atestiguar el dominio de algunos países orientales no muy prósperos tienen del mercado internacional de microcomputadoras de bajo costo... y calidad.
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